Nuestro viaje empieza en esta misma ciudad, tomando un primer contacto con una de las culturas más complejas y diversas en la actualidad. Aunque el 80% de la población practica el hinduismo, son muy numerosas las minorías religiosas como la musulmana, la cristiana, la comunidad sikh, la budista, la jainita o la baha’i, entre otras. Es precisamente en Delhi donde se erige el Lotus Temple (Templo del Loto), un espacio de unión y respeto donde es bienvenido cualquiera persona de cualquier confesión. Construido por la comunidad Baha’i en 1986 e inspirado en una flor de loto de nueve pétalos, está en la actualidad entre los destinos turísticos más visitados del mundo.
El Ashram Sri Devpuriji, ubicado en Delhi, lleva el nombre del Guru de Sri Mahaprabhuji, Sri Devpuriji, venerado como encarnación del dios Shiva y que tenía su Ashram en la localidad de Kailash, donde ofrecía satsangs tan cautivadores que acudía gente de toda la India para escucharle.
Visita a Jaipur. Ashram de VISHWA GURUDEEP
Con la guía del Maestro nos dirigimos a nuestra siguiente parada: Jaipur. En la bella ciudad de Amber disfrutamos de sus vistas, paisajes, calles y de su gente. Nos quedamos maravillados por algunos de los edificios significativos como el Fuerte Amber, un complejo palaciego y el Jaj Mahal, situado en medio del lago de Man Sagar. Tras un breve recorrido por las calles de Jaipur, llegamos al Ashram, donde nos recibieron con los brazos abiertos. Mahamandaleshwar Gyanesh Puri nos dio una grata bienvenida y luego nos ofrecieron una deliciosa comida vegetariana.
En medio del caos de Jaipur, el Ashram es un océano de paz y amor, un lugar muy especial en el cual pudimos participar de su programa espiritual diario y también realizar nuestra práctica de Yoga dirigida por Sadhvi Yamuna Puri, que finalizaba con el Khatu pranam con mantra. Además nos dio tiempo de visitar la ciudad, degustar comida típica hindú vegetariana y comprar algunos regalos para familiares y amigos.
Visita a Keilash. Ashram de PARAMYOGESHWAR SRI DEVAPURIJI
Después de unos días, proseguimos nuestro viaje espiritual hacia el Ashram de Kailash, fundado por el mismo Sri Devpuriji y en el cual aún se conservan las cenizas de su fuego.
En medio del desierto, descubrimos un oasis. Todo verde y lleno de vida. Y unas cabañas muy acogedoras. Todo sencillo pero muy cálido y familiar. Nos sorprendieron sus huertos de cultivo y el uso de materiales absolutamente ecológicos como platos y cubiertos fabricados con hojas. En este Ashram hay distintos altares dedicados a varias divinidades: Hanuman, Lakshmi, Ganesha y un Shiva lingam. También encontramos espacios tan especiales como el "Duni" de Sri Devpuriji, un espacio parecido a una cueva donde siempre meditaba, y los árboles sagrados, testigos de esos momentos; la hoguera y la sala de Yoga con los altares de mármol de cada Maestro, donde celebramos un satsang inolvidable compartido con la comunidad local, nuestros hermanos hindúes. Fueron pocos días pero muy intensos. No solo realizamos la práctica de Yoga diaria y participamos del programa espiritual de este lugar tan especial, sino también hubo tiempo para visitar una pequeña aldea muy cercana al Ashram, en un agradable paseo. Disfrutamos en familia de la rica comida hindú y compartimos momentos inolvidables con los bakhtas y karma yoguis destinados allí. Sin embargo, llegó la hora de partir y seguir nuestro camino.
